La energía
La conferencia del Perú Venture Capital estuvo llena de entusiasmo y ganas de aprender. Excelentes expositores, paneles internacionales y locales y la presentación de las emprendedores con sus ideas le dieron un colorido extraordinario al evento. La organización por parte de UTEC Ventures estuvo impecable, por la calidad del contenido, los espacios de networking y la logística. El entusiasmo del público y sobre todo una mezcla muy lograda entre emprendedores, inversionistas, academia y gobierno contribuye a la existencia de un diálogo fluido que se diferencia de lo que vemos en otros ámbitos de nuestra realidad.
Los progresos
Joinuss, Culqui, Mesa 24/7, I Send y Mi Media Manzana (entre otros), por ejemplo, tuvieron la oportunidad de explicar sus modelos de negocio y sus experiencias en el levantamiento de capital ángel, institucional (fondos de capital de riesgo) y capital corporativo. Estos casos reflejan un avance importante en la calidad que se está viendo, algo que también pudimos apreciar en empresas dedicadas a tecnología para el agro, para la educación y para el cuidado del medio ambiente, entre otras. Cada vez más estamos ampliando la oferta de propuestas y mejorando la calidad de las empresas y sus equipos fundadores y de gestión. Debe trabajarse ahora en enfocar los esfuerzos a aquellos sectores donde el Perú tienen necesidades que saciar o donde tiene ventajas competitivas claras que permiten exportar soluciones al mundo. En ese esfuerzo debe trabajarse cada vez más en soluciones originales y no solo en réplicas de modelos ya existentes. Hay mucho espacio y el tema de innovación, basada en investigación científica debe ser prioritario en este esfuerzo.
Aprendizajes del proceso de financiamiento
Uno de los retos que sufrieron varios emprendedores ya más sazonados al comienzo de sus aventuras es la poca disposición de inversionistas por participar en etapas tempranas del emprendimiento. Esto ha ido cambiando y en ello están contribuyendo las incubadoras, aceleradoras y otras instituciones que están participando en el nacimiento y crecimiento de muchos de estos esfuerzos. Como consecuencias de ello hoy los emprendedores aprenden a presentar mejores modelos de negocio y a formar o completar sus equipos de manera adecuada para lograr sus objetivos.
Ayuda también que cada vez gente más preparada y calificada está atreviéndose a emprender y a apoyar a estos emprendedores. Atrás ha quedado la timidez que muchos teníamos y hoy los jóvenes se atreven a hacer y también a conectarse, con sus pares, con inversionistas y con otros stake-holders en Perú y fuera de las fronteras. Me satisface de sobremanera ver una gran presencia de mujeres en los equipos de fundadores y espero que esa tendencia siga aumentando y veamos mujeres en todo el ecosistema, incluyendo en organizaciones de apoyo y en grupos de inversionistas.
Por otro lado, los inversionistas deben aprender como colocar una parte de su portafolio en una nueva clase de activos y aunque algunos ya se han lanzado a la piscina, contribuyendo con dinero y conocimientos, hay muchos que todavía no se atreven. No es un activo que debe evaluarse o analizarse sobre la base de flujos de caja o incluso comparables porque está en una etapa temprana y existen muchas posibilidades que cambie el mercado o que incluso el emprendedor vea que la mejor oportunidad es con un modelo de negocio diferente y decide pivotear. Los financistas estamos acostumbrados a mirar el mundo con la lógica de la bolsa o de financiamiento de proyectos cuando debemos enfocarnos en el equipo, el tamaño y potencial del mercado y en el modelo de negocio que se nos plantea.
Las lecciones más importantes que nos debemos llevar de las charlas y de las conversaciones con emprendedores e inversionistas son la diversificación para el portafolio, estimar correctamente las necesidades de capital posterior y la importancia de tener una reserva de inversión para ello y la importancia del apoyo y la mentoría de los inversionistas en las empresas como una contribución real a los emprendedores. La experiencia y contactos agregan valor, aunque algunos también alertaron sobre el peligro de no dejar trabajar tranquilo a los start-ups. El equilibrio entre estorbar y ayudar es un reto que se va aprendiendo en el camino.
El desafío de la inclusión
Dejo una pequeña, pero importante, observación personal para el final. Me iba entusiasmado y lleno de energía a mi casa y me di cuenta que me iba con algo de sensación de haber estado en una suerte de CADE juvenil. Excelentes expositores del extranjero y muy buenos paneles con intervención de emprendedores locales me recordaba lo positivo del evento anual de ejecutivos que congrega a empresarios y profesionales de los negocios en el último trimestre de cada año. Sin embargo, también me quedé con la sensación que se trataba de un evento elitista que deja afuera a un gran número de emprendimientos, aquellos gestados fuera de las universidades privadas de mayor renombre o por los hijos de los que atienden al CADE. Si a eso le añado que una gran parte de quienes asistieron al evento como potenciales inversionistas son asistentes regulares al CADE entonces la sensación se terminó de confirmar.
Para que el ecosistema emprendedor peruano prospere tiene que ampliar su base y será función del gobierno, de los inversionistas y de los propios emprendedores que se incorpore una base más grande de proyectos y emprendimientos, que incluya aquellos generados en universidades públicas y en provincias. Si se logra que haya muchos más equipos emprendedores de calidad y con accesos a financiamiento entonces el impacto sobre el desarrollo del país será mucho mayor. No sólo me refiero a la cantidad de estos emprendimientos, sino también a su procedencia geográfica, de género y étnica, para que todos podamos aprender el uno del otro y sacar el país adelante.